La solvencia en el alquiler de viviendas 2021-03-02

Un piso de alquiler, por el que solicitamos una renta mensual de 500 euros, en una ciudad como Santa Cruz de Tenerife, puede tener un valor de mercado cercano a los 150.000 euros. 


Es decir, cuando accedemos a firmar un contrato de arrendamiento de esa vivienda, estamos cediendo un bien inmueble de ese valor y, además, estamos confiando en que lo cuidarán adecuadamente y nos pagarán, en concepto de alquiler, unos seis mil euros al año. En cinco años, periodo de duración del contrato según la vigente ley de arrendamientos urbanos en España, estamos hablando de algo más de treinta mil euros si tenemos en cuenta la actualización de la renta anual. 


Por tanto, una operación de alquiler, como la mencionada anteriormente, supone prestar un inmueble de 150.000 euros y confiar en que, en un plazo de 5 años, el usuario atienda puntualmente a un montante total de unos 30.000 euros. ¿De verdad vamos a confiar en el primer candidato que llegue o en el que mejor aspecto tenga? 




Para nosotros no existe ninguna diferencia entre los requisitos que debe reunir un ciudadano que vaya a un banco a solicitar financiación análoga a las cifras que hemos utilizado como ejemplo,  a los requisitos de solvencia que se deben exigir a un candidato a alquilar este inmueble. Y esto únicamente  puede obtenerse mediante un proceso sistemático, riguroso y con criterios claros. Cantidad de ingresos, origen de los ingresos, garantías suficientes, y morosidad anterior deben de ser las únicas referencias para la aprobación de un candidato a arrendar una vivienda. 


Las apariencias, recomendaciones, amistades y, sobre todo, las prisas, son el enémigo de un alquiler solvente y seguro. 


En López Ochando inmobiliaria realizamos el más exhaustivo análisis de solvencia de los candidatos mediante un riguroso estudio de cada interesado en alquilar uno de nuestros inmuebles en administración.  Este rigor ha permitido a nuestra cartera de alquileres superar, sin problemas, una situación tan comprometida como la vivida en 2020 como consecuencia de la crisis COVID 19.